El biotecnológico es el sector industrial que más invierte en I+D+i en España con un total de 770 millones de euros, de los cuales el 70% procedía de empresas puramente biotech. Esta es una de las principales conclusiones del Informe AseBio 2019, que un año más ha presentado la Asociación Española de Bioempresas (AseBio). Un documento que, tal y como ha destacado Ion Arocena, director general de la organización, se presenta desde hace casi20 años y supone una “herramienta fundamental” para situar el sector biotecnológico en el mapa económico y tomarle la temperatura.
En opinión de Arocena, estas cifras de inversión en I+D+i demuestran “el compromiso del sector con la ciencia y la innovación que ahora, teniendo la crisis sanitaria como telón de fondo, cobra más importancia que nunca”. Según ha resaltado, el sector biotech aporta “conocimiento de calidad y excelencia” y de hecho “protege cada vez más sus patentes internacionales”.
El informe también señala que España es la novena potencia mundial en producción científica en biotecnología y el país con el porcentaje más alto de artículos científicos, con el 83,3% de publicaciones.
En total, el sector biotech genera un impacto de en torno al 0,7% del PIB nacional y supone el 0,6% del empleo nacional. Según el informe, el número de empresas dedicadas a la actividad biotecnológica ha crecido hasta alcanzar las 3000. De ellas, el 65% son micropymes y, por ámbito geográfico, Cataluña es la que más concentra, siendo el ámbito de la salud el más representado.
En cuanto a la financiación del sector, sigue siendo uno de sus principales campos de batalla. No obstante, Arocena ha indicado que el crowdfunding se ha consolidado como “herramienta alternativa” para sufragar proyectos biotech. No obstante, en 2019 las ampliaciones de capital privado y el capital riesgo se consolidaron como los principales instrumentos de financiación. Y durante todo el año ha aumentado el importe comprometido y desembolsado por las entidades gestoras de capital riesgo que invierten en compañías biotecnológicas española con más de 74 millones de euros.
No obstante, ha incidido Arocena, “si la financiación es nuestro sistema circulatorio”, el talento es el otro aspecto imprescindible para el sector biotecnológico, ha declarado. En este sentido, ha recalcado cómo el sector es un generador de empleo de calidad para investigadores y personal cualificado.
La innovación en el centro
Para Ana Polanco, presidenta de AseBio, los resultados de este informe demuestran que el biotech se confirma como un sector esencial para avanzar en la Agenda 2030. A su juicio, “si la biotecnología ha llegado a ser un sector estratégico es porque ha puesto en el centro la innovación”. Un esfuerzo que, ha dicho, tiene resultados tangibles y con un impacto en nuestra vida y en nuestro planeta, ya que “ayuda a encontrar soluciones a los desafíos más urgentes”.
Durante su intervención, Polanco ha asegurado que “ciencia e innovación son ampliamente reconocidas como motores para el desarrollo económico y social” y que, por su capacidad transformadora, serán claves en el futuro. Por ello ha instado a apostar por un nuevo modelo productivo que tenga la biotech como sector estratégico con medidas que pasan por fortalecer el sistema I+D+i con mejores y más inversiones públicas, apostar por una estrategia nacional en biotecnología, promover la colaboración público-privada, impulsar una cultura de la innovación o garantizar que esa innovación llegue a todos los ciudadanos, entre otras. Se trata, en definitiva, de desarrollar “una agenda de reconstrucción que impulse y renueve el compromiso de España con la ciencia y la innovación, en áreas estratégicas con gran capacidad transformadora e impacto en la vida de las personas, como la biotecnología y las ciencias de la vida”.
Resultados “esperanzadores”
Por su parte Pedro Duque, ministro de Ciencia e Innovación, ha resaltado que los resultados del Informe AseBio 2019 “son esperanzadores. Crece la inversión en I+D, se crean empresas buen ritmo, estas aumentan su atractivo para los inversores, sus patentes crecen también y cada vez atraen a más talento joven”.
Ha destacado “la importancia de la ciencia y la innovación” ya que “ningún activo tiene más valor intrínseco” que el conocimiento puntero. En este sentido, ha reconocido el esfuerzo de la ciencia y la innovación, especialmente del sector biotech, en estos momentos de pandemia. No obstante, ha asegurado que este esfuerzo “hay que reforzarlo, no hay que repetir lo vivido en la anterior crisis”, cuando se redujo la inversión pública española en este ámbito.
A su juicio del ministro, “debemos duplicar nuestra inversión en I+D respecto a PIB hasta situarnos, al menos, en la media europea, que es superior al 2% mientras que en España no llega al 1,25%”. Todo ello, bajo la filosofía de que es el “continuo trabajo lo que nos da la seguridad de estar preparados para lo que pueda venir” y que “es el conocimiento aplicado lo que fija la capacidad industrial” de un país.
Cree imprescindible “apostar de forma decidida por la educación, la ciencia y la innovación” como garantía de modelo de país y ha finalizado su intervención recordando que “sin ciencia no hay futuro”.
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