Desde hace varias décadas, los medicamentos inhalados y los dispositivos para su administración son una opción segura para tratar múltiples enfermedades, ya sean respiratorias o de otro tipo. Algunos ejemplos más conocidos son los broncodilatadores o los corticosteroides inhalados, usados comúnmente a la hora de tratar enfermedades como el asma y el EPOC. También se usan antibióticos en formato de aerosol para enfermedades como la fibrosis quística o los vasodilatadores pulmonares en hipertensión arterial pulmonar.
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