En los últimos años, la ciencia y la tecnología han mostrado los beneficios del uso comercial y terapéutico del cannabis. Se trata, han destacado desde ZIEHL-ABEGG, de una planta que encuentra multitud de aplicaciones en la industria moderna del papel, textiles, calzado, bioplásticos, disolventes químicos, lubricantes, y también en cosmética y medicina.
En este contexto, ZIEHL-ABEGG ofrece la gama ZAplus ECblue, con tecnología de conmutación electrónica, capaz de ofrecer las prestaciones adecuadas a cada fase de cultivo. Unos ventiladores capaces de autorregular el caudal de aire de admisión en función de la temperatura, la humedad relativa y la concentración de CO2, o de integración en un sistema central de control. Su carcasa de material compuesto de alto rendimiento, incorpora unos álabes directores que permiten incrementar aún más la eficiencia del sistema e incrementar el alcance.
El cannabis, ha destacado la compañía, no solo es una planta versátil para la industria, sino también un buen productor de oxígeno y de aprovechamiento y captación de CO2. Esto es algo muy a considerar para reducir la huella de carbono en otras actividades, sin olvidar el bajo consumo de agua que requiere una plantación de estas características.
La industria lleva tiempo desarrollando el cultivo intensivo con un control de las condiciones ambientales para maximizar la producción. Un control que implica aprovechar al máximo la iluminación de los invernaderos, con salas blancas como las de los laboratorios que controlan con precisión la calidad del aire, la higiene, control de olores, etc.
El papel de la ventilación
Estas plantas son extremadamente sensibles a la renovación del aire en las instalaciones de cultivo y a su distribución; además, es importante equilibrar la velocidad de dicho aire para conseguir la homogeneidad ambiental en el entorno de la planta sin llegar a fenómenos de deshidratación.
Más allá de la renovación y la distribución homogénea del aire en el área de cultivo, a través de unidades de tratamiento de aire y recirculadores, las instalaciones de cultivo intensivo de cannabis implican a menudo sistemas de sombreado refrigerados, equipos de aire acondicionado, filtros de carbono, generadores de CO2 y ozono, nebulizadores o sistemas de deshumidificación, todos ellos con sus correspondientes ventiladores.
Si a todo esto también se suman conceptos como la regulación precisa, la monitorización y la automatización inteligente, el potencial valor añadido que trae asociada una atención adecuada a estos equipos se incrementa sustancialmente.
Por tanto, en aplicaciones industriales como la planteada, es clave ventilar/recircular el aire con equipos de ventilación altamente eficientes, dado el alto número de horas de trabajo en estos cultivos intensivos, con las prestaciones adecuadas, un buen equilibrado y cierto margen de flexibilidad para incrementar la durabilidad y la resiliencia del sistema; los materiales deben ser resistentes a la corrosión y no implicar mantenimiento. Por último, un reducido impacto sonoro es imprescindible para generar un entorno de trabajo amable.
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